ENTREVISTA PSICOLÓGICA
Definición de entrevista.
La entrevista psicológica es una relación directa entre dos
o más personas, que entraña una vía de comunicación simbólica, objetivos
prefijados y conocidos, al menos por el entrevistador, así como una asignación
de roles que significa un control de la situación por parte de aquel. Por
tanto, es una relación interpersonal asimétrica.
La regla básica de toda buena entrevista consiste en obtener
datos completos del comportamiento total
del entrevistado en el curso de la entrevista, el cual incluye no sólo
lo que se recoge con la función de escuchar, sino también de vivenciar y
observar.
Clasificación de la entrevista.
Se pueden clasificar en entrevista abierta o libre,
semidirigida o semiestructurada y cerrada o estructurada.
La primera consiste en que el entrevistador asume un rol no
participante, dando al sujeto la consigna de que hable de lo que desee, sin
limitarlo. La estructurada, en cambio, se compone de preguntas preestablecidas
a través de las cuales el entrevistador busca obtener determinada información
de su interés, guiando la entrevista. Entre estas dos modalidades se encuentra
la entrevista semiestructurada, donde el entrevistado habla sobre lo que desea
pero el entrevistador puede introducir preguntas o pedir aclaraciones sobre
puntos que hayan quedado confusos o se quieran ampliar.
Momentos de la entrevista
Ulloa (1986) distingue diferentes momentos en el curso de
una entrevista, y cada uno de ellos implica un manejo técnico particular.
a. Preentrevista
b. Apertura
c. Acontecer propiamente dicho
d. Cierre
e. Postentrevista.
La preentrevista es el primer contacto con la persona. Este puede ser directo (con la
persona interesada) o indirecto (por intermedio de un derivante: un
profesional, un familiar, por ejemplo) a su vez puede ser personal, telefónico
o por correo electrónico. Siempre es un momento breve pero debe ser aprovechado
para recabar la mayor cantidad de información posible acerca del consultante.
Desde datos simples como nombre, edad,
hasta observaciones sutiles como su postura corporal, vestimenta, tono de voz,
escritura, deben ser tomados en consideración. También resultan valiosos los
aportes indirectos, comentarios y
observaciones realizadas por un familiar o derivante.
Vale decir, en la preentrevista se debe considerar la existencia
o no de derivante, el tipo de derivante, la vía elegida para el pedido de la
entrevista, quien la pide (el mismo o un tercero), modalidad del pedido
(urgencia, especificidad y claridad del pedido, aceptación o no de las primeras
indicaciones).
Estas referencias preliminares nos permiten comenzar a
trabajar, con un mínimo conocimiento del sujeto. Desde el primer contacto
directo con él podemos pensar en algunas hipótesis que son probadas durante
todo el transcurso de nuestro trabajo para ser confirmadas o desechadas,
revisadas o modificadas.
Apertura. Una vez que el interesado ha llegado, comienza la
fase de apertura de la entrevista, que incluye dos elementos fundamentales: el
establecimiento del encuadre y la instalación del rapport.
El encuadre significa el mantenimiento de ciertas constantes
durante el proceso: ámbito físico, tiempo, duración, honorarios, rol del
profesional y rol del consultante.
Establecer un buen rapport significa lograr un adecuado
clima de trabajo, cálido, amable y ameno, respetando los estilos personales.
Significa lograr un clima emocional relajado y distendido, donde el
entrevistado pueda expresarse libremente, confiando en la comprensión y pericia
del profesional. El consultante debe sentirse cómodo y comprendido por alguien
que tiene una cierta autoridad, especialización e idoneidad.
En el momento de la apertura es donde aparecen intensas
ansiedades, tanto en el entrevistador como en el entrevistado. En este momento
el profesional debe controlar su ansiedad y lograr que el entrevistador confíe
en él para aliviar su ansiedad.
La entrevista propiamente dicha puede darse a partir de la
consigna del entrevistador "¿Qué te trae por acá?" o "¿En que
puedo ayudarte?".
Toda entrevista produce en los participantes una serie de
expectativas explícitas e implícitas que configuran un campo especial dentro
del cual se va desarrollando el proceso. Parte de estas expectativas estarían
incluidas dentro del fenómeno transferencial - contratransferencial. Estos
conceptos, introducidos por el Psicoanálisis hacen referencia a lo que sucede
en los actores de la entrevista, vale decir, en los sentimientos que se
despiertan en el entrevistador y en el entrevistado. Por transferencia entendemos
los sentimientos que surgen en el entrevistado con respecto al terapeuta. Así,
un paciente puede sentir confianza, admiración, cariño, como también, bronca,
celos, enojo, etc. Sin embargo estos sentimientos no se refieren estrictamente
hacia el psicólogo, sino que los extrae de sus vínculos pasados. Es decir,
"transfiere", saca de otro lugar, y deposita en él sentimientos que
originalmente corresponden a otro vínculo.
Por su parte, el Terapeuta también experimenta ciertos
sentimientos hacia su paciente. Lo mismo que lo que ocurre en el consultante,
estos sentimientos del profesional corresponden a sus experiencias pasadas, a
situaciones de su vida personal y los deposita en el paciente.
La entrevista psicológica debe entenderse como un campo con determinadas
características:
Entre los participantes se estructura un vínculo del que
depende todo lo que acontezca en la entrevista.
El campo debe configurarse especialmente por las variables
que dependen del entrevistado.
El entrevistador controla la entrevista, pero quien la
dirige es el entrevistado.
Debe tener un encuadre fijo.
El campo de la entrevista es dinámico, está sujeto a un
permanente cambio.
Cada situación humana es siempre original y única, por lo
tanto la entrevista también lo es.
El cierre se llevará a cabo según cómo se haya desarrollado
la entrevista, es el momento de finalización del encuentro. En general se
realiza una sintesis de lo trabajado y se dejan abiertos algunos temas para que
continúen operando como puntos claves prs ser analizados.
La postentrevista. En este momento el profesional organiza
el análisis del material obtenido durante la entrevista. Puede formular nuevas
hipótesis y programar cómo continuara trabajando.
ESTRUCTURA DE LA ENTREVISTA
Apoyándose en la teoría de la praxis la entrevista clínica
inicial se compone de las siguientes partes:
1. Recepción y saludo. –Duración de 5 a 20 segundos–
2. Datos básicos y establecimiento de empatía o rapport
–Duración de 2 a 3 minutos–
3. Psicograma : ¿Con cuántas personas vive? De cada una
tomar los siguientes datos:
•Nombre propio (sin apellidos)
•Parentesco
•Edad
•Ocupación
•Escolaridad
•Carácter o manera de ser (en dos o tres palabras) –Duración
de 2 a 4 minutos–
4. Motivo de la consulta: ¿Qué es lo que le decidió a venir
con un psicólogo?
–Duración menos de 3 minutos–
5. Exploración del cuadro clínico (síntomas o
preocupaciones: inicio, intensidad, precisión semántica o cualitativa,
duración, frecuencia, asociación con acontecimientos o situaciones) –Duración
entre 3 y 10 minutos–
6. Historia directa de la dinámica del cuadro clínico
(antecedentes, evolución de las relaciones en conflicto desde su origen,
búsqueda de las dinámicas que provocaron directamente el cuadro clínico
anterior). –Duración entre 5 y 15 minutos–
7. Historia general o contexto de vida.
a) Exploración de etapas generales de la vida buscando
elementos relacionados con el cuadro clínico: primera infancia (0 a 6años);
segunda infancia (6 a 12 años); adolescencia (12 hasta independencia económica
si la hay); adultez joven (hasta los 40 años); adultez madura (40 a 65-70
años); senectud (más de 70 años). –Duración entre 10 y 20 minutos–
b) Exploración del significado dinámico-casual de etapas
especiales: cambios de casa, matrimonio, primer hijo, cambios de trabajo,
pérdidas o ganancias emocionales importantes, etc. –Duración entre 10 y 20
minutos–
c) Exploración muy general de la historia de los padres o
sus equivalentes.
–Duración entre 5 minutos–
8. Explicación de conclusiones al paciente:
a) Cuáles son las causas evidentes de su problemática
b) Cuáles son factores hipotéticos que intervienen en la
problemática
c) Cuáles son los elementos favorables desarrollados por el
paciente que copensan los factores negativos
d)Qué elementos de la dinámica de vida del paciente han sido
o pueden ser positivos para la salud mental del paciente
e) Retroalimentaciones del paciente y aclaraciones de sus
dudas–Duración 5 a 15 minutos–
9. Explicación de pronósticos probable a partir dela
dinámica de vida actual
a) Sin ayuda profesional terapéutica
b) Con ayuda profesional terapéutica
c) Retroalimentaciones y aclaraciones de dudas del paciente.
–Duración entre 5 y 10 minutos–
10. Generación de 2 a 6 propósitos inmediatos por escrito
–Duración entre 2 y 5 minutos–
11. Despedida y cobro de honorarios (1 o 2minutos)
Total de duración mínima: 54 minutos
Total de duración máxima: 110 minutos (1 hora, 50 minutos)
Duración promedio: 1 hora 22 minutos.
Las duraciones son indicativas y no prescriptivas, por lo
que pueden variar en cada caso.
CARACTERÍSTICAS DE UN BUEN ENTREVISTADOR CLÍNICO
1. Su voz es serena, audible y segura.
2. Su posición corporal refleja seguridad, profesionalismo y
serenidad.
3. Sus movimientos son seguros, profesionales y serenos.
4. Establece rapport o empatía con naturalidad y agilidad en
forma oportuna.
5. Mantiene contacto visual con el paciente más del80% del
tiempo, sobre todo al principio de la entrevista.
6. Toma los datos básicos completos, con precisión y
agilidad.
7. Recaba con precisión y agilidad, en forma horizontal, el
psicograma.
8. Pregunta con naturalidad y precisión qué es lo que hizo
que el paciente decidiera acudir a consulta psicológica.
9. Evitar hacer preguntas sugeridas.
10. Evitar repetir preguntas que ya han sido respondidas.
11. Razona sus preguntas pero no titubea o genera silencios
prolongados.
12. Se expresa con precisión y lenguaje accesible para el
paciente.
13. Promueve que el paciente se explaye suficientemente en
sus respuestas.
14. Se muestra comprensivo de los sentimientos, pensamientos
y acciones del paciente.
15. Evita refutar agresivamente u ofender al paciente.